“Y tu, ¿qué quieres ser de mayor?”
Difícil pregunta para un niño. Tuvieron que pasar algunos años para que me llegara la inspiración y supiera qué quería estudiar. Me gustaba la fotografía, el cine, la música, la edición, el diseño… La respuesta era evidente: hice Comunicación Audiovisual por la Universidad de Málaga, mi ciudad natal.
Una vez dentro, todas las ideas preconcebidas que uno tiene desde fuera se desmoronan una a una, y te das cuenta de que las cosas verdaderamente importantes se aprenden fuera de las aulas. Aprendida la lección, uno empieza a realizar trabajitos por su cuenta, a buscar en libros cosas que no aparecen en los temarios, y sobre todo, a investigar por su cuenta softwares que permiten a uno hacer cosas increíbles. Y es así como me introduje en el mundo de la animación con 3D Max Studio.
La experiencia duró poco, ya que es un mundo bastante hostil para un novato autodidacta. Y sin darme cuenta había encontrado la respuesta a esa pregunta que me habían hecho tantos años atrás. De mayor quiero ser Artista 3D.
Tras haber fijado el rumbo, y ya con la carrera casi terminada, decidí irme a estudiar a la ciudad que a priori daba más oportunidades: Madrid (y de paso, quitarme una espinita que tenía desde hace años con la capital).
Comenzó la búsqueda. ¿Qué escuela será mejor? ¿Cuál ofrece mejores programas? ¿Qué máster quiero realizar de entre tantos que hay? Y desgraciadamente, la más importante: ¿qué máster me puedo permitir? Metes todas estas incognitas en una coctelera, agitas bien y…voilà. Máster de producción audiovisual con Autodesk Maya por CICE, Escuela de Nuevas Tecnologías. Todo un acierto.
Una vez dentro, aunque me decanto por el modelado (a mi modo de ver, la satisfacción de crear algo partiendo de la nada no tiene precio), comienzo a adentrarme en otros mundos. Chroma Keying y 3D Tracking con programas como Boujou o MochaPro, postproducción enfocada al 3D con NukeX o incluso diseño de videojuegos con Unity.
Difícil pregunta para un niño. Tuvieron que pasar algunos años para que me llegara la inspiración y supiera qué quería estudiar. Me gustaba la fotografía, el cine, la música, la edición, el diseño… La respuesta era evidente: hice Comunicación Audiovisual por la Universidad de Málaga, mi ciudad natal.
Una vez dentro, todas las ideas preconcebidas que uno tiene desde fuera se desmoronan una a una, y te das cuenta de que las cosas verdaderamente importantes se aprenden fuera de las aulas. Aprendida la lección, uno empieza a realizar trabajitos por su cuenta, a buscar en libros cosas que no aparecen en los temarios, y sobre todo, a investigar por su cuenta softwares que permiten a uno hacer cosas increíbles. Y es así como me introduje en el mundo de la animación con 3D Max Studio.
La experiencia duró poco, ya que es un mundo bastante hostil para un novato autodidacta. Y sin darme cuenta había encontrado la respuesta a esa pregunta que me habían hecho tantos años atrás. De mayor quiero ser Artista 3D.
Tras haber fijado el rumbo, y ya con la carrera casi terminada, decidí irme a estudiar a la ciudad que a priori daba más oportunidades: Madrid (y de paso, quitarme una espinita que tenía desde hace años con la capital).
Comenzó la búsqueda. ¿Qué escuela será mejor? ¿Cuál ofrece mejores programas? ¿Qué máster quiero realizar de entre tantos que hay? Y desgraciadamente, la más importante: ¿qué máster me puedo permitir? Metes todas estas incognitas en una coctelera, agitas bien y…voilà. Máster de producción audiovisual con Autodesk Maya por CICE, Escuela de Nuevas Tecnologías. Todo un acierto.
Una vez dentro, aunque me decanto por el modelado (a mi modo de ver, la satisfacción de crear algo partiendo de la nada no tiene precio), comienzo a adentrarme en otros mundos. Chroma Keying y 3D Tracking con programas como Boujou o MochaPro, postproducción enfocada al 3D con NukeX o incluso diseño de videojuegos con Unity.